4. Ergonomía

4.3. Actividades humanas, movimientos y posición

En nuestra vida cotidiana las posturas que adoptamos y los movimientos que realizamos nos permiten ejecutar nuestro trabajo y desarrollar nuestras actividades. Los sistemas esquelético y de ligamentos, junto con el muscular y articular, configuran el denominado aparato locomotor, que participa directamente en las posturas que adoptamos, en los movimientos realizados y en la fuerza que podemos aplicar. Gracias a la estructura y estabilidad corporal que proporcionan huesos y ligamentos y al movimiento relativo y combinado que permiten músculos y articulaciones, podemos mantener posiciones estáticas, ejecutar movimientos continuos y repetitivos y coordinarlos en procesos o secuencias de actividades. El conocimiento de la estructura y el funcionamiento humano aplicado al diseño puede beneficiar a los usuarios y evitar perjuicios o molestias físicas.

Los movimientos naturales que se pueden realizar con el cuerpo y las extremidades están determinados por los sistemas que estructuran el aparato locomotor (esqueleto, músculos y articulaciones). Estos movimientos nos permiten adoptar diferentes posturas en el espacio que nos rodea y son el origen de las sensaciones propioceptivas que nos informan de nuestra posición y ubicación espacial. La clasificación de estos movimientos se ordena a partir de tres planos ficticios que dividen el cuerpo humano en función de las direcciones que pueden seguir los movimientos. La estructuración geométrica del espacio se corresponde, también, con los planos del cuerpo humano. Un plano horizontal denominado transversal, un plano frontal y un plano lateral denominado aquí sagital.

Básicamente nuestros movimientos corporales se ejecutan gracias a la conjunción de dos movimientos musculares opuestos pero complementarios: la contracción y la relajación. Ambos determinan las posiciones estáticas y dinámicas del cuerpo. Las posiciones estáticas habituales son las posturas de estar de pie, sentado o acostado, mientras que entre los movimientos comunes de manipulación de objetos podemos distinguir entre acciones de manipulación como asir y coger, donde principalmente actúan las manos, y acciones de desplazamiento, donde las extremidades dirigen la ejecución de acciones como levantar, tirar y empujar.

La clasificación de los principales movimientos naturales que se pueden realizar con el cuerpo y las extremidades:

  • Flexión. Doblar dos partes o miembros del cuerpo reduciendo su relación angular.
  • Extensión. Alargar dos partes del cuerpo aumentando su relación angular.
  • Abducción. Alejar o separar una parte del cuerpo o extremidad del plano medio del cuerpo.
  • Aducción. Acercar o aproximar una parte del cuerpo o extremidad del plano medio del cuerpo.
  • Rotación media. Giro de una parte del cuerpo para acercarse al eje medio del cuerpo.
  • Rotación lateral. Giro de una parte del cuerpo para alejarla de la línea media del cuerpo.
  • Pronación. Movimiento del antebrazo para girar la palma de la mano hacia abajo presentando el dorso. También se refiere a la posición general del cuerpo mirando hacia el suelo (decúbito prono).
  • Supinación. Movimiento del antebrazo para girar la palma de la mano hacia arriba. También se refiere a la posición general del cuerpo apoyando la espalda en el suelo (decúbito supino).
  • Encoger. Contraer una extremidad o disminuir la estatura o una posición normal.
  • Elevar. Levantar una extremidad o aumentar la altura o la posición normal del cuerpo.

Las posiciones y movimientos, en general, dependen y se relacionan con las características corporales de los individuos y, por tanto, se hace necesario contemplar y estudiar temas relacionados con disciplinas como  la biomecánica, la fisiología y la antropometría.

La biomecánica. La biomecánica estudia la  aplicación de las leyes físicas de la mecánica al cuerpo humano y, desde de una perspectiva ergonómica, interesa conocer las capacidades y limitaciones de movimiento que presenta el cuerpo humano. Gracias al análisis de fuerzas mecánicas que pueden realizar músculos y articulaciones, podemos saber cuáles son las posturas y movimientos más adecuados en función de las tareas a realizar. El tratamiento ergonómico de la biomecánica se ocupa principalmente del estudio de las posturas neutrales que podemos adoptar, aquellas que requieren menos tensión articular y que nos permiten realizar un mayor esfuerzo muscular. Ejemplos de posturas o movimientos forzados que se alejan de la confortabilidad que proporcionan las posiciones neutrales serían: levantar los brazos por encima de los hombros, doblar piernas, muñecas o cuello, rotar el tronco o las extremidades, etc. Dul y Weerdmeester enumeran una serie de recomendaciones generales que debemos conocer, aunque los autores las aplican principalmente a los espacios de trabajo y las actividades ocupacionales. Estas recomendaciones facilitan la coordinación corporal y los movimientos espaciales:

  • Determinar cuál es la mejor posición para realizar la actividad.
  • Desarrollar las actividades cerca del cuerpo, tener en cuenta el alcance de las extremidades y el espacio disponible.
  • Evitar rotaciones e inclinaciones de los segmentos corporales, especialmente del tronco y las extremidades.
  • Evitar esfuerzos y movimientos repentinos. Reducir los esfuerzos musculares continuos para evitar tensiones y el agotamiento muscular.
  • Limitar la duración de las actividades y alternar posturas y movimientos.

La fisiología. Desde un punto de vista ergonómico, la fisiología estudia y evalúa la demanda de esfuerzo muscular durante los movimientos. El interés se centra en cómo se ejercitan los músculos y las articulaciones, la ubicación corporal del esfuerzo y su duración o continuidad en el tiempo. Una realización continua y constante de acciones iguales o similares puede generar agotamientos musculares localizados en algunas partes del cuerpo o ser el origen de la fatiga general que sentimos tras haber hecho tareas físicas durante un largo periodo de tiempo. La valoración de estos esfuerzos nos indica la necesidad de tener en cuenta, también, pausas, descansos o cambios de tareas que requieran un nivel de exigencia muscular menor o diferente. Algunas de las recomendaciones que podemos seguir son:

  • Concebir actividades breves y diversas más que largas y permanentes.
  • Evaluar las dimensiones, los volúmenes y pesos de objetos e instrumentos.
  • Evitar posiciones forzadas de las extremidades y articulaciones, especialmente muñecas, codos, hombros y rodillas.
  • Mesurar acciones de levantamiento, cargas y transporte de objetos.
  • Usar el peso del cuerpo para tirar o empujar objetos o cargas.

La antropometría. La antropometría es la disciplina que se ocupa de darnos información sobre las proporciones del cuerpo humano. Conocer las diferencias de tamaño y de las dimensiones del cuerpo, extremidades y manos son fundamentales para mesurar las posturas y movimientos que requiere la utilización de los objetos. La aplicación de los datos que nos proporcionan las tablas antropométricas del grupo específico de personas que mayoritariamente usarán los objetos que queremos diseñar  puede ayudarnos a determinar y a dimensionar:

  • alturas y anchuras espaciales necesarias para desarrollar correctamente las actividades,
  • ubicación y posicionamiento de los objetos y de los usuarios en función de los límites que imponen los alcances,
  • ajustes y mecanismos de adaptación de los objetos,
  • volúmenes, mangos y agarres de objetos e instrumentos.