3. La diversidad humana

3.1. Introducción. Consideraciones antropológicas y antropométricas

En el capítulo anterior hemos conocido cómo una estrategia de diseño, estructurada metodológicamente, puede contribuir a generar entornos, productos y servicios accesibles al mayor número de personas posibles. El diseño universal, adoptando una perspectiva holística de las actividades humanas, pretende beneficiar a todos los individuos considerando e integrando las diferencias humanas en cada una de sus propuestas de diseño.

Nosotros, como especie, poseemos una serie de características físicas, cognitivas, y psicológicas que son comunes y compartimos con todos nuestros semejantes. Podríamos pensar que todos somos iguales en función de las cualidades que compartimos, pero al mismo tiempo somos conscientes que las diferencias que observamos entre nosotros nos hacen personas distintas y particulares. Por lo tanto, esas cualidades físicas y cognitivas nos ofrecen, al mismo tiempo, un conjunto de capacidades y limitaciones para actuar y razonar que son comunes y particulares. La conjunción de todas ellas configura la diversidad humana, biológica y sociocultural, a lo largo del tiempo y del espacio.

A nivel físico o biológico, la diversidad humana se manifiesta a través de diferencias anatómicas entre sexos y sus dimensiones corporales, diferencias en el tipo de piel, en el color de ojos y cabellos, etc. A nivel sociocultural, las diferencias entre individuos se manifiestan en el espacio y en el tiempo y dependen de las convenciones culturales aprendidas y asumidas. No solo podemos distinguir diferencias culturales entre grupos de individuos distantes en el espacio y el tiempo, sino que también podemos apreciar variaciones entre individuos que comparten vivencias espaciotemporales con concepciones o visiones del mundo distintas.

Desde una perspectiva del diseño centrado en las personas adoptaremos los postulados de la antropología sociocultural que nos permitirá distinguir y valorar las diferencias y semejanzas de las vivencias de los individuos de una misma comunidad o de distintos grupos humanos. Así mismo, nos apoyaremos en la antropometría que específicamente se encarga de estudiar las medidas de las diferentes partes del cuerpo humano y de establecer sus relaciones proporcionales, para abordar la diversidad humana a nivel físico-biológico.

Desde el punto de vista de la antropología general, Kottak (2011) considera que las diferentes ramas o subdisciplinas están íntimamente relacionadas. Para el autor, las tradiciones culturales promueven capacidades, habilidades y actividades que al mismo tiempo determinan e influyen en las características físicas del grupo de individuos (pensemos, por ejemplo, en cómo determinadas actividades deportivas influyen en la complexión corporal). Pero la cultura también influye decisivamente en la generación de ideales de bienestar y de belleza o en los estándares de lo correcto y apropiado que son distintos y cambian en función de las generaciones de cada comunidad humana y que, además, han ido variando y evolucionando a lo largo del tiempo y el espacio.